La esperada cumbre de los BRICS de 2025 en Río de Janeiro ha captado la atención mundial debido a las significativas ausencias de dos de sus líderes más influyentes: Xi Jinping y Vladimir Putin. La falta de estos titanes de la geopolítica no solo altera la estructura tradicional del bloque, sino que también redefine las expectativas en un contexto global de cambios económicos y políticos. Las ausencias BRICS pueden provocar un cambio en la dinámica del grupo, afectando profundamente las discusiones sobre temas críticos como la desdolarización y la creación de una moneda común.
Impacto de las ausencias BRICS en la cumbre de Río
El evento, programado para los días 6 y 7 de julio de 2025, enfrentará desafíos sin precedentes. La decisión de Xi Jinping de no asistir, siendo reemplazado por el primer ministro Li Qiang, se ha justificado oficialmente como un “conflicto de agenda”. Sin embargo, analistas sugieren que hay más implicaciones en juego, como malestares diplomáticos con India y Brasil. Mientras tanto, la ausencia de Vladimir Putin debido a una orden de arresto internacional subraya problemas legales que complican aún más la cohesión del grupo. Estas circunstancias no solo debilitan la percepción de unidad, sino que también comprometen las metas económicas y estratégicas fijadas por el bloque.
Los desafíos de la desdolarización sin China y Rusia
Uno de los puntos principales de la agenda de los BRICS ha sido la discusión sobre la desdolarización y la introducción de una moneda común. Sin la participación directa de China y Rusia, las posibilidades de avanzar de manera significativa en estos temas comienzan a desvanecerse. Pekín y Moscú han sido los principales defensores de reducir la dependencia del dólar estadounidense en las transacciones internacionales. Sin su liderazgo activo en Río, es escaso el margen para decisiones transformadoras. Lo que se esperaba que fuera un paso decisivo hacia la integración económica del bloque podría transformarse en un simple ejercicio diplomático sin resultados concretos.
Tensiones internas y sus implicaciones a largo plazo
Las ausencias BRICS no solo afectan los objetivos a corto plazo de la cumbre, sino que también complican la dinámica interna del grupo. Las tensiones entre China e India, exacerbadas por esta situación, pueden influir en futuras colaboraciones y acuerdos. Además, la decepción de Brasil por la no asistencia de Xi Jinping podría tener un efecto dominó en las relaciones bilaterales y multilaterales. Estas complicaciones refuerzan la necesidad urgente de que los BRICS consideren estrategias de gobernanza que suavicen estas fricciones y fortalezcan el compromiso de sus miembros a largo plazo, si no quieren ver erosionada su influencia en la escena global.
Proyectos tecnológicos en la cuerda floja
Además de los desafíos económicos, las ausencias BRICS impactan directamente en proyectos tecnológicos clave, como la creación de un stablecoin del grupo y una posible blockchain soberana. Estos proyectos han sido vistos como contrapesos a las normativas financieras occidentales y se han convertido en temas cruciales para las economías emergentes. Sin el respaldo pleno de los líderes de China y Rusia, la viabilidad de estas iniciativas se pone en cuestionamiento. Las expectativas de establecer una nueva norma en finanzas digitales podrían enfrentarse a importantes retrasos, comprometiendo así el liderazgo tecnológico del bloque en el futuro.
Presiones geopolíticas y el futuro de los BRICS
Finalmente, el contexto geopolítico en el que se dan las ausencias BRICS añade una capa adicional de presión sobre el grupo. La creciente fragmentación mundial, unida a estas ausencias, pone a los BRICS en una encrucijada estratégica. El bloque se enfrenta al difícil desafío de demostrar su relevancia y cohesión en un momento en que el multilateralismo se enfrenta a crecientes desafíos. La cumbre de Río, por lo tanto, sirve como un recordatorio urgente de la necesidad de estructuras de gobernanza más resilientes y una mayor alineación política para enfrentar las dificultades globales.