El crecimiento económico de México es un tema fascinante y complejo, lleno de matices que reflejan tanto el potencial como las disparidades de una nación en continuo desarrollo. El INEGI ha confirmado un crecimiento del PIB anual de 0.6% el 22 de mayo de 2025. Sin embargo, este aparente avance esconde profundas diferencias económicas entre diversas regiones del país. Amigos, este escenario nos sumerge en el análisis de un crecimiento lleno de contrastes y oportunidades.
Crecimiento Económico y Disparidades Regionales
El norte de México y el Bajío se han consolidado como los auténticos motores del crecimiento económico en el país. Estas regiones, impulsadas por industrias clave como la automotriz, aeroespacial, electrónica y de autopartes, han demostrado ser verdaderos pilares del crecimiento económico. Estados como Nuevo León, Coahuila, Guanajuato y Querétaro se destacan por su activa participación en el dinamismo económico. En 2024, el 70% de la inversión extranjera manufacturera se concentró precisamente en estas zonas.
La Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó un récord de 21,400 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, ejemplificando el atractivo que estas regiones tienen para los inversores extranjeros. Sin embargo, el enfoque en el norte y el Bajío también pone de relieve la necesidad de implementar políticas que impulsen el crecimiento de otras áreas del país.
Impulso y Transformación en el Sureste
En contraste con el norte y el Bajío, el sureste de México ha vivido una transformación económica gracias a proyectos gubernamentales como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el corredor transístmico y el nuevo aeropuerto de Tulum. Estos proyectos están diseñados para revitalizar estados como Campeche, Tabasco y Quintana Roo, mejorando su desempeño económico también. Aunque estas iniciativas gubernamentales han significado un respiro económico para la región, aún se percibe una desaceleración en las inversiones del sureste.
Resiliencia del Mercado Interno
A pesar de estos desafíos regionales, el mercado interno mexicano ha demostrado una notable resiliencia. El crecimiento de los salarios reales, las remesas en niveles récord y un crédito al consumo robusto han creado un ambiente propicio para el desarrollo económico. Los sectores de comercio, servicios y vivienda muestran un crecimiento significativo, indicando una solidez interna que posibilita un equilibrio frente a las incertidumbres externas.
Desafíos Presentes y Futuro Económico
A pesar de los avances y las transformaciones, México enfrenta múltiples desafíos, como el impacto de políticas arancelarias potenciales. Las amenazas externas, como las políticas de imposición de aranceles por parte de Donald Trump, podrían influir en la competitividad de las manufacturas del norte y el Bajío. Estos desafíos subrayan la crucial necesidad de articular políticas que integren las fortalezas de cada región, cerrando las brechas y evitando desigualdades económicas.
El reto mayor es comprender y abordar esta diversidad económica, imaginando un futuro en el que cada región pueda contribuir de manera equitativa al crecimiento general del país. Como bien sabemos, amigo, en la variedad hallamos fortaleza, y México es un testimonio viviente de esto.
Conclusión y Necesidad de Políticas Integradoras
La evaluación del crecimiento económico en México no es simplemente una cuestión de cifras; es una oportunidad para reflexionar sobre el camino hacia un equilibrio regional. Citando a Enrique Quintana y al Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, es imprescindible desarrollar políticas que integren la riqueza de las diversas áreas del país. Intentemos vislumbrar un México donde el crecimiento económico sea una experiencia compartida por todos, sin importar la región que llamemos hogar. Así, cada ciudadano mexicano podrá beneficiarse de un crecimiento económico sostenido y equitativo.