El impuesto a las remesas es un tema candente en la política actual de Estados Unidos. La propuesta impulsada por el presidente Donald Trump y liderada por el congresista Jason Smith podría cambiar drásticamente el flujo monetario entre EE. UU. y México. Este proyecto de ley, conocido como “The One, Big, Beautiful Bill”, busca imponer un gravamen del 5% a las remesas enviadas por personas no ciudadanas, enviando un mensaje de exclusión tanto económico como político.
Impacto del impuesto remesas en la economía mexicana
La implementación de este impuesto remesas podría resultar en una pérdida directa de más de 3,200 millones de dólares anuales para México. En 2024, el país recibió 64,745 millones de dólares en remesas, de las cuales el 96.6% provino de Estados Unidos. Este flujo de dinero no solo representa un soporte vital para muchas familias, sino que también es una palanca primordial para las economías de estados mexicanos como Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Guerrero.
El proceso legislativo detrás del impuesto
Con el Partido Republicano dominando la Cámara de Representantes, es probable que la propuesta avance rápidamente. Sin embargo, el Senado, con una configuración partidaria más equilibrada, se encuentra en el centro del debate. La “reconciliación presupuestaria” es un mecanismo que podría facilitar la aprobación de la ley con una mayoría simple.
El debate político sobre las remesas en EE. UU.
El proyecto de ley del impuesto remesas está en línea con una narrativa política que presenta a los migrantes como una carga económica. Sin embargo, esta visión omite el hecho de que muchos migrantes, incluidos aquellos sin documentación, contribuyen significativamente a la economía estadounidense a través de trabajo, consumo e impuestos. Organizaciones de defensa de derechos civiles ya han comenzado a preparar acciones legales al respecto.
México responde ante el posible impuesto
La presidenta Claudia Sheinbaum ha alzado la voz en contra de esta medida, calificándola de “injusticia discriminatoria”. México planea crear una comisión diplomática para abordar el tema con el Congreso de los EE. UU. La importancia de este tema va más allá del ámbito económico, tocando fibras de dignidad y justicia básica para los migrantes.
Repercusiones a largo plazo
La aprobación de este impuesto podría redefinir la relación México-EE. UU. Históricamente basada en la colaboración económica y cultural. Las remesas no solo representan dinero; reflejan una conexión emocional y cultural que los migrantes mantienen con sus países de origen. Cobrar un impuesto a estas remesas es, en muchos sentidos, una penalización a esa conexión. “No es solo un golpe económico, amigo, sino un ataque a la identidad de nuestra gente”, asegura Fernando, un profesional de gerencia apasionado por las finanzas y la criptomoneda.